domingo, 21 de febrero de 2021

A LOS QUE DEFIENDEN A LOS ÁRBOLES Y LOS BOSQUES

Os mirarán con indiferencia y extrañeza. Os llamarán radicales y antisistema, dirán que sois del partido opuesto, que tenéis oscuros intereses, que sois unos retrógrados y queréis impedir el desarrollo… Llegarán al insulto y a la calumnia; pero nunca podrán entender que no somos de derechas ni de izquierdas, sino todo lo contrario. Ni ateos, ni religiosos, ni filósofos, ni locos, poetas o ecologistas, aunque quizá tengamos algo de todo ello al mismo tiempo.


La tribu arraigada busca asiento en un mundo que gira eternamente y está siempre en el mismo sitio. Cada uno de sus integrantes se distingue porque siembra, planta, cría y cultiva, se inspira, crea y construye: canciones, bosque y paisajes; pero se opone de forma decidida a los taladores compulsivos del árbol de la vida y el árbol de la conciencia, que crecen muy juntos, entretejiendo sus raíces.

Ellos os dirán:
- Cortaremos el viejo árbol para plantar cien nuevos plantones.
Pero un solo árbol viejo no tiene equivalencias en cien, mil o un millón de nuevos árboles, por mucho que intenten convencernos. Porque se debe al respeto y el cariño de generaciones y lo debemos al propio disfrute y al cobijo que ya necesitan las generaciones que aún no han llegado…
La gente que defiende los árboles hace tiempo lo ha entendido. Pero ¿Cómo convencer a los que tienen como único horizonte los cuatro años de su legislatura, la rentabilidad cortoplacista de sus inversiones o la quimera del crecimiento continuo?

Quien resiste aguanta, dice el viejo tejo, antiguo consejero y líder de la tribu arraigada. Hoy es, como siempre, tiempo de plantar y cuidar. Tiempo de arraigar y volar, de defender la conciencia y la vida que late en todos y cada uno de los seres y espacios a los que pertenecemos.Ignacio Abella.

El bosque habitado (Radio3)

https://www.facebook.com/elbosquehabitado.rne/posts/3570407579752196

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